Lóbulos rasgados

Un motivo de consulta son los lóbulos de las orejas desgarrados total o parcialmente.

Las causas pueden ser el uso de pendientes pesados o grandes, dormir sin quitarse los pendientes, un tirón o que los tejidos de los lóbulos sean blandos y tengan poca firmeza. Cualquiera que sea la causa, el agujero de la oreja se agranda y los pendientes no quedan bien fijados, pueden caerse y perderse. También puede suceder que el agujero termine rompiéndose y el lóbulo quede partido en dos trozos. Esto crea inseguridad y no se pueden llevar pendientes.

La solución pasa por realizar una cirugía que se hace de manera ambulatoria en quirófano, con anestesia local, y que consiste en retirar la piel del agujero, remodelar el lóbulo si es necesario y proceder a suturar la piel para cerrar el lóbulo desgarrado o roto. Las suturas se retiran en unos diez o doce días. Pasado un mes, se pueden hacer los nuevos agujeros y volver a colocar los pendientes.